26 de julio de 2010


Me dejaste un beso en la gaveta y un brasier tirado en el sofá, un ataque de celos en la mesa y tu perfume pegado en la pared. Me dejaste el mundo de cabeza y un grito en el contestador que anunciaba con toda certeza que esta vez se te acabó el amor. Me dejaste un pero y un por qué, unos cuantos insultos y un adiós; una duda flotando en mi cabeza y la promesa de no volver jamás.
Lo que ciento lo guardo en la nevera, por si un día decides regresar. ¿Qué hago con este cementerio de sueños y con toda mi mitad, con esta deuda de afectos y con tanta libertad?¿Qué hago con este insomnio en la noche y mi falta de apetito? ¿Dónde meto los reproches y tu foto si la pongo o la quito? Me vendiste un sueño al dos por uno y me dejaste solo realidad, una casa minada de recuerdos y el dentífrico aplastado a la mitad. Me dejaste el tiempo que perdí, te llevaste mi despertador. Lo que siento será cuestión de tiempo para ver si se queda o se va.